EFE / MADRID

Un mendigo y un religioso encontraron ayer por la mañana a un bebé de unas dos semanas de vida abandonado en el interior de un confesionario de la parroquia carmelita de Santa Teresa y San José, situada en la céntrica Plaza de España de Madrid. El niño se encuentra «en perfecto estado de salud» y ha sido trasladado a un centro de menores especializado en bebés de la Comunidad de Madrid, a la espera de que el Grupo de Menores de la Policía Nacional (GRUME) encuentre a su familia.

Eran las doce menos cuarto de la mañana y, estando esperando a que empezase a entrar la gente a la segunda misa de la mañana, un hombre que desde hace nueve años pide limosna a las puertas de esta céntrica iglesia, oyó en su interior el llanto «desconsolado» de un bebé. Inmediatamente fue a avisar al religioso Antonio López Varela, que custodia las puertas del templo, y éste se dirigió al punto de donde salían los llantos: el confesionario situado a la derecha.

En el asiento del confesor había «un niño precioso de raza blanca, de unas semanas de vida, metido en una cesta -donde también había una bolsa con pañales, biberones y comida de bebé- con su pijama puesto y con pinta de haber estado muy bien cuidado», explicó Antonio López. El religioso carmelita, con la voz aún entrecortada de recordar el momento del hallazgo, ha señalado que su primera impresión fue de «un impacto tremendo y luego de una profunda sensación de impotencia, de pensar cómo pueden pasar estas cosas». Al momento llamó a los servicios de emergencia y en menos de diez minutos llegaban a la parroquia tres unidades del Samur-Protección Civil y otras tantas de la Policía Nacional y Municipal.

«Los médicos vieron, como nosotros, que estaba muy bien de salud, le cambiaron los pañales, que los tenía manchados, y se lo llevaron al hospital Niño Jesús para hacerle un estudio más profundo», añadió el religioso.