El Cuerpo Nacional de Policía ha desarticulado un punto de distribución de drogas en un pub de la Platja d'en Bossa y ha detenido a seis personas, de las cuales dos eran los encargados del establecimiento y los cuatro restantes trabajaban como relaciones públicas. Este diario informó ayer de la detención de los dos encargados del local, uno de ellos español y el otro, italiano. Los detenidos, según un comunicado de Comisaría, se dedicaban a ofertar y distribuir a los clientes todo tipo de sustancias estupefacientes. Se trata del local Manoa, cuyo propietario informó ayer de que desconocía las presuntas actividades de los detenidos.

La actuación policial, llevada a cabo por agentes adscritos al Grupo Especial Contra el Crimen Organizado (GRECO) de Balears, se produjo el pasado día 20 de agosto, pero la investigación se inició a raíz de las últimas intoxicaciones detectadas durante el mes de julio en la zona donde se ubica este establecimiento.

El origen de dichas intoxicaciones fue, según la policía, «el consumo de pastillas de éxtasis y cristal por parte de ciudadanos extranjeros». Finalmente, la Policía intervino en el momento en que se llevaba a cabo una venta de ocho comprimidos de éxtasis y un gramo de cristal en polvo a unos clientes.

En el registro del local se localizaron pequeñas cantidades de éxtasis, cocaína, éxtasis cristal, hachís y aproximadamente 40.000 euros en efectivo, todo ello hallado en el almacén.

Un piso

La investigación previa había revelado que los detenidos disponían de un piso en las cercanías del pub, utilizado exclusivamente para el almacenaje, manipulación y envasado de la droga. En el registro del piso, los agentes se incautaron de 800 pastillas de éxtasis con el logotipo «LV», 400 dosis de cristal, 160 gramos de cocaína en roca, un kilo y medio de hachís, numerosos recortes, cientos de trozos de cinta de jardinero y una balanza de precisión.

La policía , tras diseñar un cuidadoso plan de control en la zona para localizar posibles puntos de venta de drogas, pudo detectar cómo los trabajadores del local que actuaban como relaciones públicas, a la vez que invitaban a los turistas a consumir en el establecimiento, les proporcionaban cualquier tipo de sustancia estupefaciente, como cocaína, éxtasis, cristal o hachís. La forma de actuación era siempre la misma, según la policía. Una vez captado un cliente, fijaban una cita en el establecimiento y allí negociaban el precio y la cantidad de la sustancia que iban a adquirir, acordando igualmente la forma y lugar de entrega, que habitualmente se llevaba a efecto en los servicios del local.

Durante la transacción, que podía ser efectuada por cualquiera de los seis detenidos, el resto de personal realizaba labores de vigilancia y cobertura para asegurar el éxito de la venta.