Dos guardias conducen, ayer, a F.C.T. y a su compañera sentimental, P.A.M.M. ante el juez de guardia. Foto: IRENE G. RUIZ

Algunos de los vecinos de la pareja detenida por, supuestamente, abusar sexualmente y realizar grabaciones de mujeres previamente drogadas han reclamado al juzgado de guardia que emita una orden de alejamiento para que el acusado no pueda acercarse a ellos, informaron ayer fuentes judiciales. Tras escuchar los testimonios, el Ministerio Público ha pedido prisió provisional para ambos, bajo la acusación de abusos sexuales y otros dos delitos, uno contra la intimidad y otro contra la salud pública.

Los vecinos mostraron su temor y denunciaron que han recibido amenazas por parte del miembro masculino de la pareja, que incluso, según estas denuncias, lo ha hecho delante de hijos pequeños de los vecinos.

La detención de la pareja, F.C.T. y su compañera P.A.M.M., ambos andaluces de 40 años de edad y residentes en la zona de Cala Gració, se produjo tras una trabajosa investigación llevada a cabo por el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil, que antes de proceder a los arrestos observó el material grabado por la pareja. Según esta investigación, usaban cámaras ocultas y llegaron a grabar hasta 90 archivos. Hasta el momento 14 mujeres han denunciado a la pareja, una de ellas unas menor, de 16 años.

El juez, que tendrá que establecer en cada uno de estos casos el grado de responsabilidad de las afectadas, ha decretado el secreto del sumario.

Las 14 mujeres que por el momento han decidido denunciar a la pareja han asegurado que fueron grabadas con su consentimiento.

Al parecer, la pareja captaba a las mujeres con avisos en los periódicos en el que se anunciaba una recompensa de 90 euros por participar en un extraño y casi increíble experimiento de control de orina, por lo que, una vez en la casa, se les ofrecían bebidas alcohólicas con el objeto de que miccionaran. Hace unas semanas una mujer de nacionalidad argentina denunció en los Juzgados de Eivissa en la que relataba que esta pareja le había invitado a beber alcohol y tomar cocaína después de que la hubieran colocado cables por el cuerpo, electrodos en los pies incluidos, diciéndole que era parte del experimento de control de orina, un trabajo por el que le prometieron cien euros. Perdió dos veces el conocimiento. En la denuncia dice que vio a un hombre manoseando sus genitales y a la mujer grabando mientras a ella la habían colocado en la posición del 69 con el hombre.