Cerca de 90 archivos con grabaciones de diferentes mujeres y edades. Éste es el material que ha examinado la Guardia Civil dentro de la denominada operación «Pingüino», investigación en la que, como ya adelantó ayer este periódico, ha motivado la detención de una pareja de Sant Antoni acusada de grabar a modelos y abusar sexualmente de ellas tras drogarlas después de haberlas contratado para que posaran desnudas para ellos y participaran en un supuesto experimento para controlar la orina. Entre las presuntas víctimas figura una adolescente de 16 años.

La detención de los dos sospechosos, F.C.T. y su compañera sentimental, P.A.M.M., ambos andaluces de 40 años, compañeros sentimentales y vecinos de una inmueble de la carretera de Cala Gració, se concretó anteayer tarde después de que los agentes del área de Investigación del puesto de Sant Antoni ahondaran en el contenido de los ordenadores y discos que fueron intervenidos días atrás y localizaran a 14 mujeres que han querido denunciar.

Las afectadas aseguraron que, en todo caso, fueron grabadas sin su consentimiento mediante un sistema de cámara oculta después de que aceptaran este extraño trabajo, conseguido tras contestar a un anuncio de prensa en el que se prometían 90 euros por sesión.

Los dos sospechosos pasarán en las próximas horas a disposición judicial acusados de cargos en los que se incluyen delitos contra la intimidad de las personas, corrupción de menores -al ser una víctima aún menor de edad- y tráfico de drogas.

El juez tendrá que determinar, sin embargo, en cada caso el grado de responsabilidad de las afectadas después de que éstas, al parecer, firmaran un papel expresando su consentimiento y luego supuestamente aceptaran tomar drogas y alcohol creyendo que formaba parte de su «trabajo». En este sentido, la instrucción del caso también tendrá que resolver si las víctimas se vieron abocadas a participar en orgías con la pareja detenida con algún tipo de amenaza o si bien estos encuentros fueron consentidos y sin especial resistencia. De igual modo, habrá que aclarar si las grabaciones intervenidas contaban con la calidad suficiente para que formaran parte de un negocio que pudiera darles beneficios o si éstos sólo eran para su uso privado, así como si existía algún interés por comercializar algún aparato para controlar la incontinencia urinaria.

Al respecto, la Comandancia de la Guardia Civil de Balears confirmó ayer que todo se inició tras una primera denuncia que se recogió en abril por parte de una afectada de nacionalidad argentina. Esta relató que en dos ocasiones llegó a perder el conocimiento y a verse sorprendida por los juegos sexuales de la pareja con ella. Aseguró que nunca recibió el dinero prometido.