El caso tendrá ahora que ser visto por los juzgados.

Copas a las diez de la mañana por un importe de 72,60 euros. Esta fue la última «fiesta» que supuestamente celebró un grupo de jóvenes rumanos en el bar Capricornio de la avenida de España donde supuestamente han estado consumiendo sin pagar durante la visitas que han realizado a este establecimiento en el plazo de un mes. Los jóvenes presuntamente amenazaban de muerte a los empleados para poder tomar lo que quisieran con total impunidad.

La policía puso fin a esta situación el pasado 12 de julio después de una actuación conjunta de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía cuando se montó un nuevo altercado en local en el que uno de los sospechosos supuestamente usó un palo de billar para dar fuerza a sus afirmaciones.

Cuatro de los sospechosos tuvieron que sentarse ayer en el banquillo después de que los afectados se decidieran a denunciar esta situación. Todos ellos se enfrentaban en un principio a una condena de seis meses de prisión. Tras escuchar lo que sucedía, el fiscal decidió pedir hasta 20 meses de cárcel para cada uno de los acusados. Los cuatro acusados fueron apresados al llegar la policía y huir el resto del grupo. «No estábamos haciendo nada. Lo único, hablar fuerte. Llevo siete años en la isla. Llegó la policía. Me cogieron la cartera y me sacaron cien euros. No habíamos pedido aún la cuenta. Fueron ellos los que lo hicieron», se quejó uno de los sospechosos, que, como todos ellos, negó. Los empleados y el dueño del bar, sin embargo, relataron que existía una colla de diez individuos que se había acostumbrado a abusar, bajo amenazas, de esta situación. «Esto cada vez iba a más. Se estaba haciendo insoportable. El problema ha sido que lo hemos ido dejando pasar y ahora estamos aquí», explicó uno de los empleados. «Tengo miedo», dijo una de las camareras sin atreverse a ratificar su denuncia.