La detención de la sospechosa tuvo lugar tras una actuación policial en el puerto de Eivissa.

El juez Pablo Mendoza, titular del juzgado de Instrucción número 3 de Eivissa, envió ayer a prisión a una mujer de unos treinta años de edad que fue detenida tras bajar de un barco de línea con un niño de 21 meses y hallarse en la bolsa del bebé casi dos kilos de cocaína. La actuación judicial ha ido paralela a un escrito enviado por el juzgado a Protección de Menores para que se ocupe del pequeño y se pueda abrir un expediente para aclarar la situación de otro niño, éste de siete años, hijo también de la detenida y con actual residencia en la isla. Al parecer, este último menor se encontraba en la actualidad viviendo con una amiga de la mujer que fue apresada y que contaba con un domicilio conocido.

La actuación policial tuvo lugar cuando la mujer desembarcaba y la policía llevaba a cabo un control preventivo en el puerto. Según el informe policial, la mujer, natural de Madrid, despertó las sospechas de los agentes después de que se viera que se comportaba con mucha inquietud al tiempo que hacía maniobras extrañas con el carrito en el que iba su bebé.

El alto

Tras dársele el alto, se registró su equipaje y se comprobó que dentro de la bolsa donde se llevaban los útiles del pequeño había una paquete con una cantidad próxima a los 1.700 gramos de cocaína.

La mujer confesó de inmediato y aseguró que estaba actuando como «correo» para personas desconocidas después de haber aceptado este trabajo para paliar su difícil situación económica. La sospechosa también se declaró consumidora de esta droga y actuar necesitada por su alto grado de dependencia. Ella misma declaró posteriormente que, a su llegada a la isla, esperaba la llamada de una persona que en otras ocasiones utilizaba un número oculto y que le había dado instrucciones para realizar esta misión.

La acusada presuntamente aceptó llevar este paquete a Eivissa después de comunicar a sus amigos de Madrid sus problemas económicos a la vez que frecuentaba distintas zonas de esta ciudad donde adquiría la droga que precisaba y «dejándose querer» para llevar a cabo un «trabajo» de estas características.