El actor Miguel Molina sale de los juzgados el día en que se intentó ver esta causa ante la Audiencia Provincial.

«No dio tiempo a nada. Salió histérico, muy pedo o puesto de pastillas. Vi una punta de flecha. Chorreaba sangre y sólo pude huí atemorizado hasta que nos estrellamos». Miguel Molina Tejedor, el actor conocido como Micky Molina, pudo ayer por fin declarar ante la responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, la magistrada Clara Ramírez de Arellano, para dirimir un suceso ocurrido hace ahora casi cuatro años y que, en palabras del actor, «estuvo a punto de costarle la vida al recibir un corte junto al cuello y luego otro en una mano».

La causa, hasta la fecha, había sufrido varios aplazamientos. El actor se enfrenta a pagar una multa de 7.000 euros y los desperfectos registrados al coche de un conductor británico al que Molina acusa de haberle apuñalado y de perseguirle desde Eivissa hasta Jesús después de que el residente extranjero presuntamente realizara un adelantamiento peligroso y él se lo recriminara. Molina, por su parte, representado por la abogada Teresa Bueyes, pide cinco años de cárcel por supuestos delitos de lesiones, coacciones, amenazas y omisión del deber de socorro para Robert P.A., el británico con el que el actor tuvo que sentarse ayer en el banquillo. La abogada del artista también requirió indemnizaciones que en su conjunto superan los 14.000 euros. Según Molina, ahora tiene «pánico» a conducir y las secuelas que le han quedado en un dedo le impiden tocar la guitarra, el clarinete y el piano. El actor aseguró que, precisamente por este incidente, fue necesario que otro actor le doblara cuando se rodaba una escena final de piano en una película, «Sinfonía de ilegales», en la que él era el protagonista.

El percance tuvo lugar en la rotonda de Juan XXIII en agosto de 2004. Molina iba con su novia de entonces cuando se bajó de su coche y se produjo la discusión. Robert P.A. aseguró, por contra, que él no hizo nada y que se vio embestido dos veces por detrás «por un conductor que no iba bien». Manifestó que dicha persona rompió luego a sus pies una botella de cristal y que se vio obligado a seguirle para poder anotar su matrícula. «Vi su aspecto de gitano y dije, uf!», comentó para luego aclarara que «no era racista y que en su mano sólo llevaba entonces unas gafas de sol».

Todo ello acabó junto a un barranco en Jesús después de que el actor se desviara por un camino y se estrellara. «Había por lo menos 200 metros de caída», afirmó el artista. «No veía nada, el parabrisas estaba manchado de sangre. No sé con qué me dio. Podía ser un puño americano como los de un nazi. Cada vez me sentía peor. Estaba aterrorizado y sólo quería llegar a un hospital», explicó el actor, que negó haber roto algún elemento del coche del británico o golpearle intencionadamente.

La ex novia de Molina confirmó ante la juez el testimonio de éste. «Pensé que le habían dado con un anillo. Nos dijo que nos iba a matar Todo se puso lleno de sangre. Entre Micky y él casi me matan. Nos persiguió a 200 por hora. Psicológicamente me ha dejado muy mal Miguel», concluyó cuando se le preguntó por su estado físico.