Familiares de la víctima llegan a la casa.

AGENCIAS

El drama de la violencia familiar vivió ayer uno de sus capítulos más trágicos en la localidad murciana de Yecla, donde un hombre mató a su esposa y a sus dos hijos, de 6 y 9 años, y luego se suicidó. El parricida utilizó un cuchillo de grandes dimensiones para acabar con la vida de su mujer y sus dos hijos y después llamó a la policía para alertar de los crímenes. Cuando los agentes llegaron a la vivienda se voló la cabeza con una escopeta. Tras este tremendo suceso ya son 30 las mujeres que han perdido la vida a manos de su pareja o ex pareja y seis los menores víctimas de la violencia familiar.

Minutos antes de las nueve y media de la mañana un hombre de unos cuarenta años de edad y que al parecer estaba atravesando una difícil situación económica, llamó a la policía para informar de que había matado a su mujer y a sus dos hijos y que iba a suicidarse. Los agentes se desplazaron hasta el lugar de los hechos, una vivienda situada en la calle Rambla, en las inmediaciones del polígono industrial de Las Teresas y, en su presencia, el parricida cumplió su amenaza y, haciendo caso omiso a las indicaciones de los agentes, se quitó la vida disparándose en la cabeza con una escopeta. Los agentes avisaron a una ambulancia cuyo personal sanitario no pudo más que certificar la muerte de las cuatro personas. Tras el examen inicial de los cuerpos y de la escena del crimen, los agentes constataron que para matar a su esposa y sus dos hijos no utilizó la escopeta, sino un cuchillo de grandes dimensiones y después dejó una nota de escrita.

El terrible suceso ha conmocionado a los familiares de las victimas que, según confirmó el portavoz del Gobierno murciano, Juan Antonio de Heras, reciben asistencia de los psicólogos.