Un supuesto olvido en la central de coordinación del 061 en Palma puso en una situación de «máximo riesgo» a cuatro técnicos de Eivissa en emergencias sanitarias que fueron víctimas de agresiones y amenazas de muerte tras atender anteayer a una paciente en Sant Jordi. Los operarios estuvieron más de media horas desprotegidos, sin la ayuda policial que habían reclamado a su centralita. Tres personas, la paciente, su marido y uno de sus hijos, han sido denunciado por lo sucedido en el puesto de la Guardia Civil de Sant Antoni, según el comité de empresa
El Servei de Salut, sin embargo, aseguró ayer a través de un portavoz, que la central del 061 sí requirió a la Policía Local de Sant Josep nada más movilizar a la UVI móvil.
Los trabajadores afectados no sólo fueron presuntamente amenazados de muerte por uno de los denunciados sino que, además, una enfermera recibió un mordisco y un médico sufrió una brecha en la cabeza al recibir un cabezazo. Otros dos operarios resultaron con lesiones en la intervención. El primero encajó un codazo en el pecho y otro quedó con una pierna atrapada en una cama con cinco personas encima, según un comunicado de prensa del comité de empresa de los trabajadores de la Unión Temporal de Transporte de Eivissa y Formentera.
En este mismo escrito, se califica de «pésima, nefasta y errónea» la gestión de la gerencia de la central de coordinación del 061. Los trabajadores consideran necesario que se implante una central en Eivissa para acabar con equivocaciones similares y con fallos tales como contar, por desconocimiento de la geografía de Balears, con unidades de las Pitiüses para cubrir servicios de otras islas. «No es la primera vez que la central se olvida de algo tan importante como llamar a la policía», señalan los operarios. El último incidente que se ha denunciado ocurrió cuando una dotación de dos técnicos se desplazó a la zona de Sant Jordi para auxiliar a una mujer con un historial de problemas de corazón y que, en esta ocasión, decía sufrir un fuerte dolor torácico. «A la llegada, se encuentra con la paciente muy agitada, rompiendo cristales y en un estado de agresividad», según el citado comunicado. Fue en ese momento cuando se requirió a la central del 061 la presencia policial y el apoyo de una UVI móvil. Diez minutos después, y con la asistencia de la segunda unidad sanitaria, se seda a la enferma.
La situación comenzó a ser aún más grave pasados veinte minutos, momento en el que la paciente, tras haber asegurado que iba a a colaborar, propinó un mordisco en una mano a una enfermera. Para acabar con esa situación de crisis fue preciso, según estas mismas fuentes, dar un bofetón a la paciente para que depusiera su actitud. Tras ello, vino el ataque de marido y el percance de la cama. El médico volvió a pedir ayuda policial e, incluso, se avisa al 091. Diez minutos después llegó una patrulla de la Policía Local de Sant Josep.
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