«Pasé mucho miedo cuando los vi entrar en la tienda y me amenazaron de muerte con el bate». Así lo aseguró en el juzgado el propietario de una tienda de la Marina que la madrugada de ayer pasó por momentos de incertidumbre después de que tres italianos, a los que minutos antes había sorprendido supuestamente robando, irrumpieran violentamente en su comercio.
Los tres sospechosos, tres jóvenes de complexión fuerte, con la cabeza rapada y con edades comprendidas entre los 18 y los 23 años, fueron detenidos por la policía después de que, en plena situación de alarma, un familiar del afectado pudiera dar aviso al 091. Todos ellos ingresaron ayer en prisión eludible con una fianza de 1.500 euros acusados de robo con violencia.
Dos de los acusados pudieron ser apresados cuando sucedían estos hechos y un tercero, que en primera instancia logró escapar, fue localizado poco después en las inmediaciones de la Marina después de que una patrulla diera una batida. S.M., G.R. y G.C. fueron ayer mismo puestos a disposición del juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa, juzgado que esta semana está de guardia. Los hechos tuvieron lugar sobre las dos de la madrugada en la tienda Amanecer, ubicada en las proximidades de los andenes del puerto de Eivissa. En un momento dado, el propietario del comercio se dio cuenta de que tres de sus «clientes» estaban presuntamente apoderándose de ceniceros, llaveros y otro tipo de recuerdos sin que se vislumbrara intención alguna de que alguno de los integrantes de este grupo pasara por caja.
Según una nota de prensa del Cuerpo Nacional de Policía, S.M. y sus dos amigos, al verse descubiertos, lejos de amedrentarse y de devolver lo que supuestamente habían sustraído, decidieron marcharse de la tienda tras encararse con las personas que había en el inmueble.
De un susto se pasó a otro mayor en muy poco tiempo. No pasaron muchos minutos cuando los tres italianos entraron violentamente en el establecimiento, y a voz en grito y exhibiendo un bate de béisbol, supuestamente amenazaron de muerte al hombre que momentos antes les había recriminado su actitud.
El incidente no llegó a mayores después de que interviniera una patrulla de agentes del servicio de Prevención de la Delincuencia, unidad que fue alertada por la sala del 091 después de que en esta central se recibiera una petición de auxilio.
El denunciante, una persona que al parecer estaba ayudando en el comercio cuando ocurrió todo, informó de la tensa situación que se estaba viviendo en ese momento y urgió a que se actuara con celeridad. La patrulla pudo apresar enseguida a los dos primeros sospechosos y, tras una batida, al tercer acusado.
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