C. C. Una pelea entre dos moteros y dos hombres de origen magrebí acabó la madrugada de ayer en una batalla campal que destrozó parte de la terraza de una pizzería situada en la avenida de Santa Eulària de Vila. Una mujer, cliente del restaurante, resultó herida en la refriega y tuvo que ser atendida en el hospital de Can Misses.

Según explicaron testigos de lo ocurrido a este periódico, la pelea se inició en otra terraza cercana a la de la pizzería. Al parecer, los dos moteros estaban tomando un helado cuando vieron cómo los dos magrebíes se montaban en sus Harleys. Los dos hombres les dijeron que se bajaran y, siempre según la versión de testigos y trabajadores de ambos establecimientos, les dijeran que si querían hacerse una foto que se lo pidieran primero.

Fue entonces cuando empezaron a cruzarse los insultos entre los magrebíes y los dos motoristas hasta que los primeros se alejaron unos metros y decidieron arrojar una piedra a los segundos.

Después de este hecho se intentaron esconder en la terraza de la pizzería, situada a escasos veinte metros del establecimiento donde estaban los dos motoristas, quienes, después de la pedrada que no les llegó a alcanzar pero que dañó ligeramente el cartel del local, se levantaron y se abalanzaron contra sus presuntos agresores.

En la terraza del restaurante fue donde la reyerta alcanzó más virulencia puesto que los moteros, según la versión de los testigos, empezaron a pegar a los dos magrebíes, que se defendían tirándoles lo que encontraban a su paso como vasos, platos, sillas o mesas. Fue precisamente en este momento cuando una mujer, cliente del restaurante, resultó herida al caerle una sombrilla de la terraza en la cabeza. Tuvo que ser trasladada por una de las dos ambulancias medicalizadas que llegaron al lugar de los hechos hasta el hospital de Can Misses donde la curaron de sus heridas, aunque, según pudo saber este periódico no precisó su ingreso en el centro sanitario.

La hora tardía de la refriega, entre las dos y las dos y media de la madrugada, evitó no hubiera podido haber más heridos, aunque en la terraza del último establecimiento había al menos una veintena de personas entre clientes y trabajadores.

Los mismos testigos que explicaron los hechos señalaron que la respuesta policial fue rápida y numerosa. Se llegaron a movilizar cerca de siete patrullas del Cuerpo Nacional de Policía, quienes estuvieron apoyadas por agentes municipales de Vila. Al final, los policías se llevaron a la Comisaría a los cuatro implicados en la reyerta a fin de aclarar lo sucedido.