El buque hundido y la mancha de fuel protagonizaron las conversaciones de vendedores y clientes ayer en el Mercat Nou de Vila.

Al parecer, los comerciantes de pescado del Mercat se han cansado de explicar a sus compradores habituales que no tienen nada de qué preocuparse y que la calidad de sus productos es la misma de siempre. El hundimiento del Don Pedro se ha convertido en el tema estrella de las conversaciones y en una de las preocupaciones comunes a todos los habitantes de la isla. Sin embargo, los comerciantes afirman que, al menos de momento, no ha afectado en lo más mínimo a sus negocios. «Tenemos que tener en cuenta que la mancha ha afectado sólo a tres playas», afirmaba ayer Conchita, una de las vendedoras del Mercat, «y además no son precisamente de las zonas donde más se pesca».

La mayoría de los comerciantes se muestran optimistas con respecto a sus negocios y no creen que les vaya a afectar. «De momento, nos sigue llegando la misma cantidad de pescado para vender», afirman los propietarios de las pescaderías. Parece ser que el único problema real que les ha causado, a parte de pequeñas manchas en algún llaüt, es tener que dar todas estas explicaciones a sus clientes. Y aún así, afirman que sus ventas no han descendido: «Pasa como en el caso de las vacas locas; ahora hay más control y, por tanto, menos de qué preocuparse», observa una comerciante.

Los vendedores achacan el miedo de los consumidores a la falta de información derivada, según dicen, «a la visión exagerada que algunos medios están dando del problema», refiriéndose sobre todo a algunas televisiones de ámbito nacional. Santi Bonnin