C. ROIG/C. ALCÀNTARA
La organización ecologista Greenpeace ha denunciado ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Balears a la naviera Iscomar por considerar que el vertido puede ser constitutivo de un delito ecológico. El director ejecutivo de Greenpeace España, Juan López de Uralde, explicó ayer que se han decidido a hacerlo porque tienen experiencia en hechos similares y la tendencia observada es que suelen quedar «impunes». López de Uralde considera que el Código Penal recoge claramente como delito el vertido de sustancias tóxicas. «Alguien se debe responsabilizar de los costes y de los daños que está sufriendo el litoral, no todo puede ser responsabilidad de las administraciones y ciudanos; no puede ser que nos hagamos cargo de los residuos tóxicos de una empresa privada», explicó el dirigente ecologista.

Precisamente el Rainbow Warrior llegará hoy por la mañana a Eivissa para continuar con la denuncia de los vertidos de petróleo. «Queremos ver de cerca qué está pasando, porque las fuentes oficiales tienen tendencia a decir que todo está controlado, pero sin embargo las playas están contaminadas», explicó.

El Rainbow Warrior atracará en Eivissa con una tripulación de 25 personas después de denunciar en la playa de Algarrobico en Almería un hotel ilegal.

Oceana
Este grupo ecologista detectó ayer una nueva mancha de fuel de más de medio kilómetro frente a Platja d'en Bossa. «No es de gran densidad y en algunas zonas está muy mezclada con el agua, pero ocupa una extensión de más de medio kilómetro de longitud», explicó el director de investigación, Ricardo Aguilar, quien destacó que quieren ser «benévolos» con las autoridades aunque consideran que si el accidente hubiera sido realmente grave no hubiera habido medios suficientes. Desde Oceana matizan que no se trata de una gran marea negra como la de un petrolero, pero recuerdan que este tipo de incidentes provocan la contaminación crónica de los mares.