C. CUEVAS
Prácticamente todo el litoral del municipio de Vila quedó cerrado ayer ante la llegada de fuel procedente del hundimiento del buque mercante Don Pedro, que naufragó la madrugada del miércoles a una milla náutica del puerto de Eivissa. La primera playa que ondeó la bandera roja como señal de la prohibición del baño fue la de Talamanca a primeras horas de la mañana de ayer. Hasta allí se desplazó la alcaldesa Lurdes Costa para comprobar el estado del litoral.

Costa explicó a los periodistas que el vertido había llegado a Talamanca a última hora de la tarde del mismo miércoles, día del siniestro. La alcaldesa no pudo precisar cuándo se volvería a abrir la playa puesto que habían cerrado «para preservar la seguridad de los bañistas». «Antes de tomar cualquier medida de ese tipo tenemos que asegurar las condiciones óptimas para el baño», añadió. Sin embargo, Costa confiaba en que la actual situación no se prolongue en el tiempo para que la incipiente temporada turística no se vea afectada.

La alcaldesa señaló que durante las primeras horas del día la limpieza de la playa se hizo mediante máquinas aunque según transcurrió la mañana se procedió a iniciar la recogida de chapapote con palas y con las manos.

Lurdes Costa también quiso resaltar la coordinación existente entre los diferentes organismos y la Administración para paliar los efectos contaminantes del hundimiento del navío.

Asimismo, la alcaldesa confirmó que se estaban realizando los análisis pertinentes del vertido pero que «antes de tener los resultados y, para preservar la seguridad de los bañistas, optamos por cerrar la playa». Costa aseguró que a día de ayer los buzos de Salvamento Marítimo «estaban trabajando para cerrar la tercera fuga» -proveniente de los suspiros de los tanques de combustible del buque siniestrado- y remarcó que «por suerte las fugas han sido mínimas». La alcaldesa también aseguró que «se está estudiando cómo extraer el combustible que todavía alberga la nave en su interior».