C. C./ B. R.
El accidente sufrido por el buque Don Pedro ha traído tras de sí una mancha con una superficie de tres millas y media de longitud y media de ancho, de esta área afectada el 60 por ciento está limpia y el 40 por ciento tiene contaminación, según los datos recopilados por el dispositivo que lucha contra ella. Ese 40 por ciento presenta irisaciones y un 15 por ciento de contaminante en sí mismo, según las mismas fuentes. El vertido procede de la salida masiva de combustible en el momento del hundimiento, pero no del que está en los tanques sino el de los conductos, de los dos suspiros o respiraderos de los citados tanques -sellados de manera provisional el mismo miércoles del accidente-, del tercero de esos respiraderos -cerrado ayer- y de la rotura de una tubería como efecto del propio accidente, o como causa de la antigüedad del barco, descubierta ayer en una de las inmersiones efectuadas por los cinco buzos de Salvamento Marítimo procedentes de Galicia. De esta grieta sale fuel a intervalos de tiempo y en una cantidad menor a la de los respiraderos y, según las previsiones, será sellada hoy.

El vertido finalmente obligó a cerrar dos playas del municipio de Eivissa, la playa de Talamanca y la de ses Figueretes, tras la aparición de fuel en la orilla. Mientras que la primera de ellas se cerró a primera hora de la mañana, ses Figueretes izó la bandera roja a mediodía.

Para las labores de extracción se movilizó el primer día el buque polivalente Clara Campoamor, que comenzó a intervenir en la zona a las siete de la mañana del día del accidente. Esta embarcación cuenta con dos brazos rígidos y un tubo aspirador para la extracción. El material recogido de este modo acaba en dos tanques que separan el agua de mar de la sustancia contaminante. La primera es limpiada y devuelta al mar y la segunda se almacena. Por el momento, lo que lleva extraído el Clara Campoamor son 1.000 toneladas, de las cuales sólo un 1 por ciento es fuel, es decir, 10 toneladas.

En paralelo a esta operación de extracción, se realiza la de limpieza de las playas afectadas. El fuel está siendo recogido de dos maneras, la primera es la forma tradicional con palas y la otra consiste en la colocación de unas barras absorbentes de contaminante antes de que llegue a la playa. Además, hoy llegarán 3.500 metros de barras procedentes de Zaragoza [500 metros], Santander [1.500] y A Coruña [1.500], de los cuales 500 metros han sido adquiridos directamente por el Govern balear y que llegarán en un avión del Ejército.

Para luchar contra la contaminación medioambiental no se han escatimado esfuerzos ni desde el Ministerio de Fomento ni desde la Conselleria de Interior. Para ello están trabajando el buque polivalente Clara Campoamor, dos aviones, uno de ala fija, llegados desde Galicia, dos helicópteros, la Salvamar Markab, ocho vehículos todoterrenos, una ambulancia de Cruz Roja y otros vehículos de transporte así como un servicio de salvamento activo en las playas afectadas. Para hacer frente por vía marítima, Eivissa también tiene a disposición cinco embarcaciones de limpieza del litoral.

Para evitar que la contaminación medioambiental fuera mayor, desde el primer momento se constituyó un consejo asesor para poner en marcha el protocolo de emergencias. En este consejo se incluyen todas las administraciones implicadas y las fuerzas de seguridad del Estado. Cerca de 24 voluntarios de Cruz Roja, 10 de Protección Civil, 12 técnicos de Salvamento Marítimo, entre los que se incluyen cinco buzos, 70 personas de la empresa Tracsa están movilizadas en tareas de extracción de fuel, limpieza y contención de la contaminación que puede llegar a las playas.