La terminal ibicenca trabajó ayer con intensidad pero sin incidentes de consideración. Foto: SONIA GAITÁN

C. CUEVAS
La tranquilidad reinaba ayer en el aeropuerto de Eivissa después de que el sábado un aviso de bomba, que resultó ser falso, obligara a desalojar a 5.000 personas durante cerca de cuatro horas y otras 13.000 se vieran afectadas por el retraso de los vuelos. Según un comunicado de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), la normalidad en las operaciones del aeropuerto pitiuso se recuperaba a las dos de la madrugada de ayer, una vez que operaron los 307 vuelos que estaban programados para ese día. Aena explicaba también que a partir de ese momento la actividad del aeropuerto era normal y que los servicios se prestaban sin ningún tipo de incidencia. Algunos trabajadores de la terminal explicaron que el flujo de viajeros era el habitual de un domingo de vacaciones y matizaron que los retrasos también eran los propios de ese día de la semana.

Vueling y Spanair fueron de las compañías más afectadas por el falso aviso de bomba. La de bajo coste tenía tres vuelos programados para el sábado, dos al mediodía uno a Barcelona y otro a Madrid y un tercero por la tarde también hacia la capital, y se vio obligada a repartir a los viajeros de los vuelos afectados entre los de la tarde del mismo sábado, los del domingo y los del lunes por la mañana. Ayer fletaron un avión especial a las seis y media de la tarde con destino Madrid para que sus usuarios pudieran llegar a su destino. Mejor suerte corrieron los viajeros de Spanair, al menos los pasajeros de los tres vuelos programados a Madrid y los dos a Barcelona que, aunque con retraso, salieron todos el mismo sábado del aeropuerto pitiuso. Sin embargo, la compañía experimentó retrasos de hasta 30 horas en algunos vuelos charters como por ejemplo el avión que tenía que haber salido con destino Milán el día de la amenaza a las doce y diez de la mañana. Los pasajeros de este vuelo pasaron la noche en un hotel de es Canar, al que les llevó un autobús habilitado por Spanair quien se hizo cargo de todos los gastos.

Según explicaron fuentes aeroportuarias, era muy difícil saber si los retrasos registrados ayer eran debidos al cierre del espacio aéreo pitiuso durante algo más de dos horas o se debían a otras causas. Las mismas fuentes señalaron que los vuelos de todas las compañías tienen un slot que emite Bruselas, el tiempo en el que deben aterrizar en un aeropuerto, hacer su escala y volver a partir. Si ese avión no despega dentro del tiempo que le marca su slot, que a su vez viene señalado desde Eurocontrol en Bruselas, tendrá que esperar a que se le conceda otro y eso ya depende de la capital belga y no de cada aeropuerto.