La terminal ibicenca trabajó ayer con intensidad pero sin incidentes de consideración. Foto: SONIA GAITÃN
C. CUEVAS
La tranquilidad reinaba ayer en el aeropuerto de Eivissa después de que el sábado un aviso de bomba, que resultó ser falso, obligara a desalojar a 5.000 personas durante cerca de cuatro horas y otras 13.000 se vieran afectadas por el retraso de los vuelos. Según un comunicado de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), la normalidad en las operaciones del aeropuerto pitiuso se recuperaba a las dos de la madrugada de ayer, una vez que operaron los 307 vuelos que estaban programados para ese día. Aena explicaba también que a partir de ese momento la actividad del aeropuerto era normal y que los servicios se prestaban sin ningún tipo de incidencia. Algunos trabajadores de la terminal explicaron que el flujo de viajeros era el habitual de un domingo de vacaciones y matizaron que los retrasos también eran los propios de ese día de la semana.
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