Un detenido por la policía acusado de intentar eludir un control porque supuestamente conducía bebido y que fue reducido después de que un agente del Cuerpo Nacional de Policía llegara a desenfundar su pistola, al creer que el sospechoso podía ir armado, ha sido absuelto de los delitos de resistencia, desobediencia y seguridad del tráfico que pesaban sobre él.

Dicha persona, que resultó, además, herida en el incidente, se enfrentaba no sólo a una condena de 16 meses de cárcel sino también a pagar una multa de 1.800 euros. Todo ello ha ocurrido después de que la responsable del juzgado de lo penal número 2 de Eivissa, Martina Rodríguez, haya considerado que no se puede acreditar con certeza que dicha persona condujera el vehículo que atrajo la atención de los agentes.

La magistrada también incide en que durante la causa tampoco constó documento o requerimiento alguno en el que se probara de que se informó correctamente al implicado de su obligación a someterse a una alcoholemia o análisis de sangre. Asimismo, de la sentencia se desprende que el acusado bien pudo ser reducido por los agentes por una confusión y no por que éste tuviera la intención de enfrentarse a los policías.

Este suceso tuvo lugar en las primeras horas de la madrugada del pasado 11 de junio en el primer cinturón de Eivissa. Dos personas iban en un Peugeot que atrajo la atención policial después de que dicho vehículo se saliera de la carretera y parara junto al arcén.

El acusado primero aseguró que él no era el que conducía, pese a ser el vehículo suyo, y después afirmó que dicha parada se produjo no porque se viera un posible control sino porque su acompañante le explicó que había un problema con los frenos. Esta misma parada la aprovechó el conductor para orinar.