El caso quedó ayer visto para sentencia por el juzgado de lo penal número 2.

C. CUEVAS
Un año y seis meses de cárcel y el pago de una indemnización de casi 900 euros es lo que ha solicitado el ministerio fiscal para el acusado de un delito de lesiones.

El imputado era el encargado general -tal y como aseguró ayer durante su declaración ante el juzgado de lo penal número 2 -de la finca «La Buena Sombra», situada en Sant Carles, y como tal vivía allí cuando ocurrió el suceso que ayer se juzgaba, ocurrido el 26 de julio de 2005. El juicio logró celebrarse ayer después de varias suspensiones en el pasado, pese a que varios testigos tanto de la defensa como del ministerio fiscal no acudieron a testificar.

Según la declaración del acusado aquella tarde la administradora de la finca, compañera sentimental del dueño de la misma, le llamó para decirle que tanto él como su novia de entonces, que vivía con el acusado en la finca, tenían la tarde libre. El imputado se fue a echar la siesta y su compañera escuchó como alguien saltaba la valla. Le despertó y ambos fueron para allá. El imputado afirmó que pensaba que los intrusos habían entrado a robar ya que no era la primera vez que intentaban asaltar la finca según le habían comentado los vecinos, así como que se trataba de una finca «peculiar, que todos conocen en Sant Carles porque ha tenido problemas de muchos tipos». Después de una pequeña discusión, el acusado aseguró que uno de los supuestos intrusos le había agredido a él, lesión por la recibió varios puntos de sutura.

Sin embargo, el testigo presentado por el ministerio fiscal aseguró que él fue a la finca llamado por el dueño de la misma para vigilar el trabajo del acusado y su novia, ya que pensaba despedir al primero, y para reparar algunas máquinas. Afirmó que tuvo que saltar la valla porque nadie le abría y para ello tenía el beneplácito del propietario. Este testigo afirmó que una vez dentro y después de hablar con el acusado cuando se disponía a llamar al dueño, el imputado le dio un cabezazo con el que le rompió un diente. La reparación dentaria la pagó el propietario y este testigo aseguró no querer indemnización, también matizó que si el acusado le hubiera pedido disculpas el juicio no habría tenido lugar.