Este verano hubo más de quince casos de jóvenes extranjeros que se precipitaron desde sus habitaciones.

C. CUEVAS
La página web de la cadena televisiva británica BBC se hace eco de la apertura de una investigación judicial iniciada por un juez de instrucción de Dorset.

El juez pone en duda el supuesto suicidio de una joven británica ocurrido el pasado junio en Eivissa.

En su informe, el instructor cambia el veredicto que las autoridades españoles hicieron cuando ocurrieron los hechos.

Lisa Bundy, una joven británica del condado de Dorset (sudoeste de Inglaterra) de 21 años, murió prácticamente en el acto tras sufrir una caída desde la tercera planta de los apartahotel Marvel Complex en la bahía de Portmany, que le produjo graves heridas en la cabeza en Junio del año pasado.

Tanto las autoridades españolas como el personal médico concluyó que la joven había saltado.

Sin embargo, el juez británico afirmó el pasado miércoles que no tenía ni idea de porqué habían llegado a aquella conclusión.

La investigación señaló que Bundy salió con un par de amigas y estuvieron bebiendo hasta la madrugada. Más tarde, aquella misma noche, siempre según la versión de la BBC, un trabajador del hotel donde se alojaban las jóvenes, escuchó un fuerte golpe y encontró a Bundy caída en el suelo, cuando miró hacia arriba descubrió una ventana abierta.

Este trabajador les comentó a las autoridades que «la joven era un poco rara, como si estuviera cansada de vivir», tal y como recoge la página digital de la cadena.

Sin embargo, una de sus amigas afirmó que habían estado haciendo planes para el día siguiente y que Bundy le había comentado cosas acerca de su trabajo, de las ganas que tenía de continuar en él y ascender. El padre de la chica también ha señalado que su hija era «una joven feliz y afortunada». Por todo esto, el juez británico no entiende por qué las autoridades españolas llegaron tan pronto a la conclusión de que Bundy había saltado desde la ventana.