El acusado reconoció los delitos, por lo que la petición de condena que hacían tanto el ministerio fiscal como la acusación particular se vio rebajada, al igual que la multa que deberá pagar: de 2.880 euros a 720. El imputado se comprometió también a pagar una cuota mensual de 600 euros hasta que haya cubierto los daños económicos que causaron sus delitos.
Los hechos que ayer se juzgaban ocurrieron entre septiembre de 2001 y enero de 2002 cuando el acusado alquiló cuatro vehículos (una furgoneta Mercedes Vitto, un Nissan Terrano II, un Peugeot 206 y un Toyota Yaris) que no devolvió a cuatro compañías de alquiler diferentes.
Por las mismas fechas compró un Chrysler Neon que sabía que era robado, le cambió las placas de la matrícula y logró que en los papeles del vehículo apareciera la nueva matrícula.
Esta falsificación en documentos oficiales también la perpetró con otros dos coches que robó, uno de una casa de alquiler de vehículos del aeropuerto y otro de otra oficina de arrendamiento de coches.
Después de cambiar las matrículas y falsificar los permisos de circulación de estos coches se los vendió, junto a los que había alquilado y no había devuelto, a otro hombre que desconocía la situación irregular de los vehículos.
Según consta en el escrito de acusación, el imputado se aprovechó de la relación que tenía con el comprador, para el que había trabajado, para convencerle de adquirir los vehículos haciéndole creer que su posesión era correcta .
A su vez, el comprador vendió a otra persona algunos de estos coches y le entregó al acusado varios vehículos para que los vendiera.
El imputado efectuó la venta y se quedó también con parte del dinero de la transacción.
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