Al menos cinco personas han muerto este año en las Pitiüses por paradas cardiorrespiratorias ocurridas directamente por el consumo de drogas. El número supone un aumento de casos con respecto al año pasado, donde se registraron dos fallecimientos, el de un turista irlandés que pereció a causa de una ingesta abusiva de éxtasis y alcohol y el de otra persona que fue hallada en estado crítico en el Paseo Marítimo de Eivissa. Tres de las muertes, pendientes del resultado de las muestras de laboratorio, se atribuyen al consumo de drogas de diseño y otras dos a sobredosis de heroína.

La muerte más notoria ocurrida este año fue la de Mitesh A., un norteamericano de origen indio que falleció este verano en una discoteca de Platja d'en Bossa después de haber adquirido droga en un bar cercano a este establecimiento y de haberla tomado con un grupo de amigos en el hotel donde se hospedaba. La investigación de la Policía Judicial no sólo aclaró estos extremos sino que también detuvo al presunto vendedor del estupefaciente que causó el fatal desenlace para le joven estadounidense. Dicha persona, de nacionalidad italiana y plenamente identificada por los amigos de la víctima, ingresó en prisión tras comparecer ante la autoridad judicial. Las pesquisas llevadas a cabo por el instituto armado también permitieron averiguar que Mitesh A. Presuntamente ingirió de una tacada hasta un gramo de cristal de éxtasis. Poco después de entrar en la discoteca, las cámaras de seguridad de establecimiento y su personal de vigilancia detectaron el estado de crisis que sufría el turista. En la enfermería de la discoteca, dotadas con todos los medios de reanudación necesarios, incluido un desfibrilador, se hizo lo imposible por obrar el milagro. Unas cuantas horas después, la Guardia Civil localizaba y detenía al supuesto vendedor de la droga que le mató.

La Guardia Civil asistió durante el verano a otros dos casos de turistas cuya causa de fallecimiento está pendiente de los análisis del laboratorio. Un irlandés que se desplomó desde un balcón y cayó a un patio interior y el de un británico que, también en la zona de Sant Antoni, sufrió un paro cardiaco cuando en unos apartamentos, y al principio de la temporada turística, jugaba a las cartas con un grupo de amigos.

Una raya de heroína inspirada por la nariz fue también fatal para un trabajador de temporada. La Policía Judicial arrestó a una amiga de éste, que vino a visitarle tras hacer un viaje a India, y que reconoció haberle invitado a esta droga tras una jornada de fiesta cuando el grupo se despedía.

La muerte sorprendió a un catalán que se alojaba en un piso de Sant Antoni ubicado en las inmediaciones de la calle Isidoro Macabich. En el domicilio se hallaron claros indicios de que se había inyectado heroína.