En la imagen las instalaciones del Parque Insular de Bomberos Foto: SONIA GAITÁN

C. CUEVAS
El muro de separación en la carretera que une Eivissa con Sant Antoni hace que los bomberos tengan que dar innumerables vueltas hasta llegar al lugar donde tiene lugar la urgencia.

Los bomberos del parque insular explican: «Si, por ejemplo ocurre un accidente en Puig den Valls, en Blancadona, para llegar hasta allí tenemos que ir hasta Jesús para dar la vuelta».

Una de las consecuencias de este muro de separación es que los bomberos tengan que recorrer de media unos cuatro kilómetros más para llegar a cualquier emergencia, lo que también se traduce en un aumento del tiempo necesario para cubrir cualquier requerimiento.

La mediana, que aún está en construcción y separará los dos carriles de subida y los dos de bajada de la carretera, es la que está prevista en el proyecto definitivo. «Pedimos que cada 100 metros exista un paso para los servicios de emergencia, porque no es normal que recorramos cuatro kilómetros más de los necesarios para cubrir un accidente o una emergencia. Esto repercute negativamente en los ciudadanos», solicitan desde el parque insular.

Cuando acuden a una emergencia o a un accidente los bomberos aparcan sus vehículos de tal manera que éstos les ofrezcan protección, «pero si para llegar hasta un siniestro tenemos que saltar el muro de separación, cargados con todo el equipo y el material necesario y abandonamos los coches, uno, colapsamos el tráfico, y, dos, trabajamos sin seguridad y esa no es la solución. No es normal que tengamos que ir hasta el primer cinturón de ronda para llegar al segundo», resume el jefe de bomberos.

14 incidentes
Aparte de las dificultades que presenta la mediana para los servicios de emergencia, la remodelación de la carretera de Sant Antoni ofrece una estadística no del todo favorable.

Si durante todo el año 2005 los bomberos realizaron en dicha vía un total de 19 intervenciones, este cuerpo sólo contabiliza los accidentes de carácter grave en los que son requeridos, quince fueron en los meses de mayo a octubre.

En el mismo período de este año el número de accidentes contabilizados por los bomberos es de catorce, es decir, uno menos. En cambio, desde el Parque Insular afirman que durante todo el verano se han visto vehículos accidentados en las rotondas, afirmación que también hacen los trabajadores de diferentes empresas de grúas. Es decir, se ha incrementado el número de accidentes aunque muchos de éstos han sido menos graves.

Las compañías de grúas que operan cerca de la carretera de Sant Antoni son claras: si para ellas hasta el año pasado los puntos negros de las carreteras pitiusas eran el cruce de Sant Rafel y el Hipercentro, ahora las rotondas de la vía ocupan ese lugar. Algunas de estas compañías han llegado a duplicar este año el número de vehículos que han tenido que asistir, llegando incluso a los tres o cuatro accidentes diarios en verano. Sin embargo, dada la escasa velocidad alcanzada por los vehículos debido a las numerosas retenciones por las obras, ha habido más accidentes pero de menor gravedad.

En cambio, el servicio de emergencias del Ib-Salut reconoce que aunque han incrementado en uno o dos minutos el tiempo que necesitan para llegar a una urgencia no pueden afirmar que este ligero aumento sea consecuencia de las obras.