La sospecha de que su pareja le estaba grabando puede costar a una mujer una pena de prisión. Ésta es la condena que pidió ayer el abogado de un hombre que terminó interponiendo una denuncia contra su compañera después de que ésta supuestamente se abalanzara contra él para quitarle una grabadora en una última pelea doméstica que tuvo lugar, al parecer, cuando la mujer la acusada, embarazada, ya sabía que su relación estaba rota.
La mujer, por su parte, también denunció a su pareja al considerar que la que estaba siendo víctima de malos tratos era ella e incidió en que su pareja la coaccionaba diciéndole que le iba a quita el bebé cuando naciera. El hombre, por su parte, presentó un parte de lesiones hecho en un reconocimiento médico en el que se informaba de los arañazos que éste tenía. Las disputas entre esta pareja, en un caso que fue visto ayer por el juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, se iniciaron el pasado mes de mayo. Según el denunciante, la mujer comenzó a sentir celos cuando tuvo que comenzar a trabajar por las noches y su pareja -siempre según la versión del primero- empezó a imaginar que su compañero bebía y que quedaba con otras chicas. Según explicó su abogado en el juicio, éste estuvo hasta el último momento sin querer denunciar a su compañera pese a que los capítulos de violencia domésticas se repetían. En uno de estos altercados, la mujer requirió ayuda y su pareja fue detenida. Todo ello, después de que supuestamente hubiera pasado por distintos capítulos de ansiedad al tener que soportar continuas esperas nocturnas por parte de la mujer y discusiones cuando volvía de trabajar.
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