El fiscal pidió ayer cinco años de prisión -la máxima por un delito de robo con violencia que establece el Código Penal- para un joven que presuntamente perpetró con un menor un atraco en Sant Antoni. La víctima, un turista presumiblemente británico, huyó después de que éste último supuestamente le colocara una navaja de 20 centímetros en el cuello. El turista probablemente nunca sepa que los supuestos autores del atraco pudieron ser detenidos ya que éste, pese a las investigaciones de la Guardia Civil, no pudo ser localizado.
La detención de los dos sospechosos, uno juzgado ayer y otro pendiente de lo que decida el tribunal de menores, fue posible gracias al testimonio de una mujer que desde un balcón presenció el robo, ocurrido poco antes de las ocho de la mañana del pasado 20 de julio en la zona de la calle del Mar de Sant Antoni.
Dicha persona, con la que el juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa contactó ayer gracias a una videoconferencia que se celebró con Pontevedra, dio el aviso que motivó la actuación policial y el apresamiento de los dos acusados. Se da la circunstancia de que los agentes del puesto de Sant Antoni que los apresaron se cruzaron momentos antes con los dos presuntos ladrones y se fijaron en ellos sin saber que eran a quiénes tenían que buscar. Tras recoger las características físicas de los sospechosos, volvieron sobre sus pasos y sorprendieron a ambos individuos.
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