Un momento del ejercicio llevado a cabo ayer.

Todos los participantes estaban fuera de servicio, incluida la persona que se prestó a hacer de víctima. Parte del equipo del equipo de rescate de bomberos del Parque Insular, 'disuelto' este año al entender sus miembros -todos ellos voluntarios- que no tenían ningún tipo de apoyo por parte de la Administración- volvió a reunirse ayer tarde en sa Pedrera de Cala d'Hort para demostrar que en esta zona se pueden realizar rescates con plena garantía para las víctimas y en un tiempo inferior a las trece horas que se necesitaron el pasado 25 de septiembre cuando, sin su participación, fue evacuada una turista madrileña accidentada. El ejercicio se resolvió en tres horas desde el aviso.

Los cinco bomberos que participaron en el ejercicio, apoyados por un médico del 061 y un técnico en emergencias sanitarias de este mismo servicio, intentaron emular las mismas condiciones en que se produjo el suceso que vivió Natalia Cibrián, la turista de 22 años que vivió el último rescate real en sa Pedrera. En aquella ocasión, la evacuación de la víctima fue imposible por mar y por aire, con asistencia de helicópteros, se vio dificultada por el viento rancheado y los problemas que tuvo uno de los aparatos que intervinieron. Los técnicos apostaron por asegurar el salvamento hasta el extremo de evitar cualquier movimiento que ocasionara una grave lesión medular.

También fue ésta, ayer tarde, la prioridad de los bomberos. El médico que acompañó a los bomberos -un facultativo que también se ha formado en técnicas de escalada- y su ayudante tardaron veinte minutos en bajar. Tras ello, inmovilizaron perfectamente a la víctima y la estuvieron asistiendo durante todo el tiempo que duró la subida.