El caso fue visto ayer a puerta cerrada en un juzgado de lo Penal de la isla.

El acusado, un hombre de avanzada edad, compareció ayer ante la responsable del juzgado de lo Penal número 1, Clara Ramírez de Arellano, para declarar en un juicio que se celebró a puerta cerrada para proteger a la víctima, una chica que supuestamente fue objeto de vejaciones por parte de su abuelo tres veces cuando era una niña. A dicha persona también se le imputaba haber llevado a cabo distintas amenazas para conseguir sus objetivos.

El sospechoso se sentó en el banquillo enfrentándose a penas que en su conjunto alcanzaban los nueve años de cárcel, según la información recogida por este periódico. La investigación judicial que se realizó por este caso resolvió que existían presuntamente claros indicios de abusos en al menos dos ocasiones y en una tercera se apreciaron circunstancias que hicieron pensar que ello pudo ocurrir una vez más. Se da la circunstancia de que ésta no es la primera vez que el sospechoso se enfrenta a una denuncia por este delito como, al parecer, ocurrió hace muchos años. El acusado, la víctima y los testigos que fueron citados para este juicio declararon con total intimidad después de que la acusación particular requiriera esta medida de protección. Éste es el segundo juicio que tiene lugar en Eivissa este año por abusos a un menor. En febrero, otro hombre fue condenado a pagar una multa de 1.345 euros por abusos a su hijastra.