El atraco en la gasolinera de es Caló des Moro el pasado martes por un individuo que, armado con un cuchillo y a cara descubierta, se apoderó de un botín de 300 euros, ha sido el último robo con violencia sufrido por un establecimiento de la isla.
Media docena de sucesos similares han ocurrido en el último mes. Nada nuevo en la isla. Septiembre y octubre son meses en los que tradicionalmente aumentan los atracos porque la delincuencia cambia de «objetivos» por la reducción del turismo. Las fuerzas policiales trabajan sobre esta premisa, igual que se espera, a lo largo que entre el invierno, un incremento en los robos de casas.
Las gasolineras y comercios con pocos empleados son los locales que más precauciones deben adoptar, especialmente a la hora del cierre y, más aún, si han visto a personas sospechosas merodeando por los alrededores. Este final de temporada, sin embargo, tampoco se han librado los bancos. Entre 4.000 y 6.000 euros se llevó el encapuchado que asaltó con una pistola la sucursal de Sa Nostra de Sant Carles. El sospechoso huyó en un coche que le esperaba en el exterior con una mujer al volante.
También fue espectacular y rápido el atraco perpetrado cinco días antes en una tienda de Vara de Rey que mantenía abiertas sus puertas a primera hora de la madrugada. Los protagonistas de este suceso fueron dos individuos que a cara tapada y con una pistola huyeron tras lograr una bolsa de 4.000 euros.
Más notorio fue el atraco frustrado a «Space» registrado al acabar agosto. Los ladrones, pese a reducir y atar a un vigilante de seguridad, se vieron burlados por el complejo sistema de seguridad de la discoteca. Tuvieron que irse sin poder abrir su caja fuerte. Mejor suerte hubo en un golpe igualmente planificado en las oficinas de una conocida fiesta que se celebra en otra discoteca de la isla. El botín fue de 110.000 euros y los asaltantes no tuvieron que enfrentarse con nadie porque se encontraron con un inmueble sin vigilancia pese a la gran cantidad que había depositado en sus cajas.
Las fuerzas policiales investigan aún las circunstancias de otro hecho violento ocurrido recientemente en el puerto de Ibiza Nueva en el que el afectado, un promotor y constructor berlinés, denunció ser víctima de una tentativa de robo.
El afectado llegó a ofrece una recompensa de 20.000 euros a quien pudiera facilitar datos sobre los tres encapuchados que días atrás irrumpieron en su yate, amarrado en las instalaciones portuarias, esgrimiendo al menos dos pistolas y una barra de hierro. El suceso tuvo lugar de madrugada y, según el relato del constructor alemán, se despertó a tiempo y pudo repelerla incursión de los tres sospechosos, quienes actuaron encapuchados. El asalto, concluido después de que el denunciante se refugiara en un camarote, se saldó con heridos por ambas partes y con destrozos en el interior de la embarcación.
Los robos en plena calle de los que son víctimas personas que la transitan son más habituales en verano, cuando se suceden los tirones de bolso y los asaltos improvisados a turistas, muchos de ellos bebidos. En los últimos días, también se han registrado casos asilados. Dos ecuatorianos fueron atacados el pasado cinco de septiembre la Avenida de España de Eivissa por un grupo de rumanos. Las investigaciones se saldaron posteriormente con la detención de uno de los sospechosos, persona que ingresó en prisión tras ser puesta a disposición judicial.
La policía también pudo resolver el atraco en un cajero de la ciudad que presuntamente perpetró un conocido delincuente de la isla tras amenazar con una navaja a una persona que extraía 50 euros. El sospechoso, de 31 años y al que le constaban 32 detenciones anteriores, también fue relacionados con un asalto similar en un domicilio.
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