Los hechos ocurrieron alrededor de la 1,15 de la noche cuando en el barco se encontraban el capitán y el empresario alemán, que se hallaba en su camarote en el momento en que tres indivuos encapuchados y armados irrumpieron en el yate.
Al parecer, según su testimonio, los atracadores portaban dos armas de fuego y una barra metálica. De momento se desconoce si los enmascarados llegaron por mar o tierra.
Durante el asalto, el propietario forcejeó con los atracadores impidiéndoles la entrada en su camarote, destrozando la puerta de la habitación en la lucha. Ayer presentaba un ojo morado y contusiones en el brazo izquierdo y se mostró seguro de que en la briega pudo romperle la nariz a uno de los atracadores debido a la cantidad de sangre vertida. S.N. afirmó ayer: «Estoy seguro de que eran indivuos blancos y quizás de Europa del Este, aunque también podrían ser españoles».
La investigación del «extraño suceso», de momento, mantiene «todas las hipótesis abiertas».
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía, de la Guardia Civil y vigilantes de la Autoritat Portuària llegaron al barco poco después del suceso. El ciudadano alemán alabó ayer la actuación y la rapidez con la que se presentaron las fuerzas de seguridad.
S.N. está casado y es padre de dos niños. Tanto su mujer como sus hijos se encuentran en Alemania y él ha venido a Eivissa a pasar unos días de vacaciones con su padre y unos amigos, que se encontraban cenando cuando ocurrieron los hechos.
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