La jueza del Juzgado de lo Penal Número 2 de Eivissa, Martina Rodríguez, dejó ayer visto para sentencia una acusación contra dos responsables de una obra en la que un trabajador sufrió un accidente grave.
La fiscal solicitó para los dos acusados, el propietario y el aparejador de la construcción, una pena de tres años de prisión y una indemnización de cerca de un millón de euros.
Por su parte, la acusación particular solicita una indemnización similar, pero su petición de privación de libertad es de dos años. El accidente laboral por el que ayer se celebró el juicio se produjo hace casi siete años, en diciembre de 1999, en una obra de Can Furnet, en el municipio de Santa Eulària.
El trabajador se precipitó desde un andamio y resultó herido grave hasta el punto que soportará «una gran invalidez» de por vida.
Según testificó en la sala una técnico de Inspección de Trabajo, este organismo no tuvo conocimiento del accidente hasta junio de 2000, seis meses después del suseso.
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