Dos embarcaciones permanecían ayer varadas en Cala Llonga.Foto: IRENE G. RUIZ

J.J.M./G.R.
Seis personas rescatadas de madrugada y la incertidumbre por si había a bordo alguien en otro barco hundido, así como decenas de embarcaciones en apuros o embarrancadas, resumen las principales consecuencias de la tormenta que afectó en la madrugada de ayer especialmente a la costa norte de Eivissa y al litoral formenterés. Durante la madrugada se registraron hasta 1.500 rayos caídos en un radio de 90 kilómetros. Uno de ellos provocó un pequeño incendio forestal en Cala Mastella y otro impactó contra un pino de la urbanización Siesta de Santa Eulària.

Las precipitaciones más importantes se recogieron en la Cala de Sant Vicent, donde se recogieron hasta 32'3 litros por metro cuadrados en plena tormenta eléctrica, que abandonó las Pitiüses sobre las seis de la madrugada. La inestabilidad atmosférica ocasionó un importante oleaje que sorprendió a muchos patrones.

El suceso más grave precisamente tuvo lugar en la Cala de Sant Vicent sobre la una de la madrugada y con fuerte oleaje. Los tripulantes de un yate de 14 metros de eslora, el «Spiritu Libero», de la clase 'Oceanis', pudieron ser rescatados, sólo uno de ellos herido con un golpe en la cabeza, después de que despegara un helicóptero de Salvamento Marítimo y zarpara de Eivissa el Illes Pitiüses. Los náufragos lograron salir prácticamente indemnes después de que dos embarcaciones atendieran las llamas de auxilio que se enviaron por la radio costera y llegaran hasta el yate antes de que éste, con una vía de agua, acabara completamente destrozado tras estrellarse contra las rocas.