JAVIER JIMÉNEZ
Una residente alemana de 62 años, que vivía con su compañero en un chalet de Cala Murada (Manacor), falleció ayer tarde tras recibir un disparo en el pecho con una pistola de pequeño calibre. El Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía investigaba anoche las circunstancias del crimen y se barajaban varias hipótesis, aunque la tesis de un intento de robo se difuminaba.

Según informó el 112, Katherine y su novio, llamado Messerer, residían en el número 223 de la calle Catalunya, en la urbanización de Cala Murada. Sobre las cuatro de la tarde la mujer fue atacada en el porche de su casa, junto a la puerta de entrada, y recibió un disparo en la zona pectoral con orificio de entrada y salida. El tiro fue mortal y los servicios sanitarios sólo pudieron certificar su muerte. Inmediatamente agentes de la Unidad Territorial de Costas (UTC) y de la Policía Local de Manacor acudieron a la vivienda, y se encontraron al compañero sumido en un ataque de angustia, que le impedía expresarse con normalidad. El Cuerpo Nacional de Policía se hizo cargo de la investigación y la Policía Científica y el Grupo de Homicidios inspeccionaron, palmo a palmo, la casa. Un dato importante es que no se halló desorden o indicios de un robo, aunque el compañero de la fallecida explicó que había visto a un hombre alejarse corriendo, dando a entender que ése era el ladrón y el asesino. El forense Javier Alarcón examinó el cuerpo para determinar, entre otras cosas, la hora de la muerte, las circunstancias en las que recibió el tiro y si hubo forcejeo, extremo que parece casi descartado. Messerer fue trasladado hasta el hospital de Manacor para ser sometido a una revisión médica y también para suministrarle algunos calmantes. Una dotación del CNP lo acompañó hasta aquel centro. La calle Catalunya quedó cortada al tráfico mientras los expertos policiales llevaban a cabo las diligencias. Los agentes examinaron el jardín de la casa y buscaron el arma de fuego, que no apareció. Las fuentes consultadas indicaron que el calibre era pequeño y que, casi con seguridad, podría tratarse de una pistola. Al cierre de esta edición los funcionarios estaban 'peinando' los jardines y zonas de matorrales de las inmediaciones de «Casa Roca», donde se había cometido el crimen. Según parece, buscaban el arma homicida.