La responsable del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa dejó ayer visto para sentencia la causa contra un conductor de nacionalidad española que tuvo que sentarse en el banquillo acusado de un presunto delito de homicidio por imprudencia por la muerte en can Negre de un motorista alemán de 60 años. El fiscal pidió dos años de prisión para el sospechoso, condena que llevaba implícita la retirada del carnet de conducir.
El siniestro tuvo lugar en la madrugada del 9 de junio de 2004. La víctima, Peter K.S., de 60 años, pereció en el acto después de que el ciclomotor en el que circulaba fuera arrollado por un coche que presuntamente circulaba al doble de los permitido, según determinó la investigación policial.
El sospechoso, sin embargo, aseguró ayer en su juicio que rodaba a una velocidad normal y que no pudo hacer nada por esquivar la moto porque ésta no llevaba una iluminación correcta. Sin embargo, el fiscal mantuvo los cargos al entender que ni siquiera hubo frenada cuando el coche, un Peugeot 206, circulaba a una velocidad próxima a los 120 km/h.
El día del accidente, ocurrido sobre las cinco de la madrugada, también se barajó la posibilidad de que la moto siniestrada hubiera invadido el carril contrario tras haberse saltado un ceda al paso en la entrada de una rotonda, así como si la víctima se disponía a hacer un cambio de sentido. El conductor que ayer tuvo que sentarse en el banquillo por este caso resultó ileso tras la colisión. La colisión fue tan violenta que tanto el ciclomotor como el turismo quedaron completamente destrozados.
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