El suceso ocurrió el pasado 26 de marzo al subirse el acusado a un taxi en la parada de Isidor Macabich.

«No arremeto contra el taxista. Entiendo que se defendiera y estoy muy arrepentido por lo que ocurrió. Pero no pude llevarme nada. Basta que logré escapar porque lo único que me llevé fueron palos. Hasta me dejé las llaves de mi casa».

Estas fueron las declaraciones que realizó ayer en su juicio José A.C., el delincuente ibicenco que fue detenido por agentes de la unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil al investigarse el violento robo que sufrió el pasado 26 de marzo un taxista de Eivissa cerca de Buscastell.

El acusado, un joven con múltiples antecedentes policiales entre los que constan el supuesto apuñalamiento a una mujer y el presunto robo de seis pistolas del retén de la Policía Local de Josep cuando se quedaba sin vigilancia por las noches, no aceptó los cuatro años de prisión que pidió para él el fiscal al considerarse autor de una tentativa y no de un robo como tal. «No sé bien lo que hice. Estaba muy drogado, pero lo cierto es que no logré cometer el robo. Fue todo muy absurdo», añadió.

La víctima, sin embargo, afirmó tajantemente que sólo se limitó a defenderse después de que notara cómo el pasajero, que le había pedido que le llevara a Sant Agnès, le echaba una cuerda por el cuello y seguidamente le tapaba los ojos con fuerza.

«Cuando logré parar el coche, salí inmediatamente. Le dejé hacer lo que quiso y lo único que le pedí es que se marchara. Se llevó 40 euros y un teléfono móvil después de dejarme lesiones en los ojos y en la boca», explicó el taxista afectado. Asimismo, éste dejó bien claro que se limitó a defenderse, sin más, cuando notó que era agredido por detrás cuando conducía y que luego descubrió la ausencia del dinero y del teléfono. «El teléfono estaba colgado y era imposible que se perdiera», agregó el perjudicado.