La investigación policial apuntaba en un principio a que el
accidente sobrevino cuando J.R.L., el conductor de la pala, un
hombre natural de la provincia de Almería y de 44 años, no pudo
controlar la marcha de la retroexcavadora al ceder el firme en el
que se trabajaba. Ello sucedió en una propiedad privada situada
cerca de la desaladora de Formentera, en la carretera a es Ca Marí,
donde se construía un sótano. Según estos mismos indicios, la pala,
al ceder el firme, rompió un muro de bloques y su conductor no pudo
evitar que la excavadora cayera por un terraplén desde unos tres
metros, aplastando a Francisco González.
El 061 también tuvo que intervenir para auxiliar a J.R.L.,
persona que fue evacuada al PAC de Formentera con una fuerte
contusión en la cadera. Durante la tarde se estaba a la espera de
si era necesario proceder a su evacuación a algún centro sanitario
de Eivissa con la intervención del helicóptero.
Tanto el fallecido como el otro obrero afectado eran muy
conocidos en Formentera porque ambos llevaban residiendo muchos
años en esta isla. Los dos operarios trabajaban en esos momentos
dentro de las obras que acometía la empresa Construcciones Costa
Mayans.
La propiedad donde tuvo lugar el siniestro se llenó enseguida de
agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local, así como de
bomberos, que en un principio intentaron rescatar a la víctima.
Momentos después, se decidió requerir la presencia de un camión
grúa de gran tonelaje que pudiera levantar la maquinaria que
impedía sacar el cuerpo ya sin vida del operario siniestrado. Ello
motivó que se solicitara la ayuda a Eivissa al no existir en
Formentera la maquinaria necesaria para abordar esta tarea. La
Guardia Civil, por su parte, ha abierto una investigación para
esclarecer todos los pormenores del accidente.
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