Joyas, equipos de música y electrónicos forman parte de las preferencias de los ladrones en los robos.

Diecisiete detenidos y la desmantelación de tres importantes grupos de jóvenes, algunos de ellos menores, nacidos o residentes en Eivissa en los que se ha podido evidenciar un alto grado de organización y especialización para cometer robos.

En la mayoría de los casos, los agentes apreciaron que los supuestos delincuentes había abierto o disponían de vías para colocar entre sus clientes los objetos que sustraían. En los registros que motivaron el final de sus andaduras, además, se encontraron distintas armas, sobre todo pistolas.

Las tres bandas fueron desarticuladas tras investigaciones de las fuerzas policiales realizadas en los últimos cinco años tras seguirse la pista de oleadas de asaltos en domicilios y casas de campo de la isla. A este balance cabría sumar otros grupos de jóvenes con domicilio en la isla que fueron apresados después de que se pusieran de acuerdo para perpetrar algún robo e, incluso, atracos, como sucedió en caso del Hipercentro de la carretera de Sant Antoni.

Los sospechosos no solamente planificaban sus actuaciones sino que también contaban con los conocimientos y herramientas necesarios para reventar cajas fuertes o eliminar cualquier obstáculo que se les pusiera por delante.

La denominada «Operación Aristo», completada por la Guardia Civil el pasado mes de octubre, ha sido el último golpe policial dado contra la delincuencia juvenil de la isla, un problema que ya se había detectado muchos años antes. Al respecto, fuentes del instituto armado informaron de que una buena parte de los sospechosos de las tres bandas desarticuladas procedían de familias desarraigadas y que ellos mismos ya tenían problemas con la drogas.

Los agentes también han apreciado el deseo de muchos de estos jóvenes por contar con un fuerte poder adquisitivo que les permitiera vestir ropa de marca y consumir todo lo que les apeteciera. Así ocurrió al resolverse la investigación que permitió a la Guardia Civil el pasado mes de octubre acabar con una oleada de robos que en mes y medio se saldó con al menos un centenar de domicilios afectados.

La «Operación Aristo» tuvo la particularidad de que se hallaron claros indicios de que dos de los presuntos implicados, acusados de receptación, efectuaban a los otros los pedidos de lo que necesitaban. La operación concluyó con ocho registros. Se pudieron recuperan cerca de 350 artículos sustraídos por los ladrones cuyo valor superaba los 40.000 euros.