La Audiencia Provincial juzgará la próxima semana en Eivissa a once
personas que están acusadas del delito de tráfico de drogas. Todas
ellas fueron detenidas con pequeñas cantidades de droga,
principalmente pastillas de éxtasis, que, supuestamente, intentaron
vender a turistas en los meses de temporada del año 2004. Algunos
de los acusados fueron detenidos en el interior de discotecas o en
las inmediaciones de las mismas.
Todos ellos, menos una, son extranjeros. La única española
acusada tendrá que enfrentar dos juicios la próxima semana, ambos
por presunto tráfico de drogas cometido, según las denuncias, en el
barrio de sa Penya. Se trata de una habitual que ya ha sido
detenida y condenada en otras ocasiones.
A pesar de que los acusados fueron detenidos con pequeñas
cantidades de droga, en todos los casos el fiscal solicita penas
que oscilan entre los tres año y medio y los cinco años de prisión,
que son las penas mínimas que marca la ley española para este tipo
de delitos. La mayor parte de los acusados son jóvenes. Casi todos
tienen menos de 30 años, incluso están más cerca de los 20 que de
la treintena, con la excepción de la mujer española, que tiene 48
años. El fiscal pide cinco años para un uruguayo de 27 años al que,
supuestamente, sorprendió la Guardia Civil en el interior de la
discoteca DC-10 vendiendo tres pastillas de éxtasis a cambio de 30
euros. A la española el fiscal le pide dos penas de cinco años por
vender, en dos ocasiones, pequeñas cantidades de heroína en sa
Penya. El fiscal pide diez años para dos ingleses que están en
prisión preventiva y fueron detenidos en Sant Antoni con pequeñas
cantidades de droga y una balanza de precisión. Aunque sean
condenados, los acusados que no tengan antecedentes penales no irán
a prisión. En algunos casos de extranjeros se desconoce su
historial penal.
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