Los acusados comparecieron ayer ante la responsable del juzgado
de lo Penal número 1 de Eivissa, la magistrada juez Clara Ramírez.
Cada uno de ellos descargó su responsabilidad de distinta manera y
uno, en concreto, aseguró desconocer que la firma Rolex era una
marca de relojes de lujo pese a manifestar que llevaba seis años
viviendo en España. A dicha persona se le intervinieron dos Rolex,
dos gafas Chanel y otro reloj falsificado de una firma
conocida.
Tampoco se quedó atrás en su declaración otro detenidos, persona
a la que se le requisaron siete gafas y un Rolex. «El reloj era
mío. Lo tenía puesto encima de la mesa para ver la hora. Nunca lo
llevo en la muñeca», dijo en una confesión que hizo al tiempo que
sacaba del bolsillo otro reloj. Este mismo vendedor no negó conocer
la marca Rolex pero, a su vez, afirmó tajantemente que era la
primera vez que oía hablar de Chanel.
Ambos acusados se enfrentan a penas de seis meses a un año y
medio de prisión, condenas de requieren indistintamente la
acusación particular y el ministerio público. Peor lo tiene el
tercer sospechoso. A éste se le sorprendió con algo más de una
veintena de relojes y la condena pedida ayer iba de dos a tres años
de prisión. Los relojes -buenas falsificaciones, según un perito-
cuyo valor real alcanza los 4.000 euros fueron adquiridos a cuatro
euros y se vendían a seis.
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