La Guardia Civil ha rastreado las zonas de ocio para buscar datos sobre la oleada de intoxicaciones.

Esta es la conclusión global que ha presentado la unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de Eivissa en el juzgado de Eivissa al que compete investigar las circunstancias en que se produjo el pasado lunes la muerte de Finbar Meter Kelly, el turista irlandés que pereció presumiblemente tras consumir un cócktail fatal de alcohol y drogas en la que se cree muy probable que también hubiera éxtasis líquido. La autopsia, como ya se informó, sólo pudo colegir que las lesiones que presentaba la víctima -fallecida por insuficiencia renal- eran compatibles con la ingesta de MDMA. El éxtasis líquido (GHB), sin embargo, nada tiene que ver con esta droga y tendrán que ser los laboratorios de Toxicología en Madrid los que determinen si también formó parte de esta mezcla fatal.

En principio, todo indica que no hubo una única partida adulterada. La Guardia Civil tuvo muchas dificultades para realizar esta investigación al toparse durante las pesquisas con distintos muros de hermetismo. Pese a ello, los agentes han podido concluir que las intoxicaciones se produjeron en distintos establecimientos principalmente localizados en la zona de Platja d'en Bossa y que la droga fue distribuida por varios 'camellos' que, como ya se informó, no tenían nexo de unión.

Finbar Kelly, un joven de 25 años y de unos 150 kilos de peso, pereció, además, tras tomar grandes cantidades de alcohol. Se supone que tomó varias drogas, lo mismo que, en distinto grado, le ocurrió a los restantes 24 jóvenes intoxicados y a los que anteayer se sumaron dos casos más.