Los juzgados de Eivissa vieron ayer varios casos por violencia doméstica.

Los tres implicados en esta suceso acudieron a una boda entre aragoneses que se celebró el pasado 19 de septiembre en Eivissa. La agresión tuvo lugar después de que los invitados se fueran de discotecas y el acusado, al notar de repente la ausencia de la que creía su novia, decidiera acudir a la casa de ésta, lugar donde y también había dejado aparcado su coche.

«La encontré con el otro desnuda en el sofá y me dijo que sólo se estaban fumando un porro. Me fui, pero al no poder olvidar la escena regresé. Entonces los vi en la cama. Por la rabia arrojé un cenicero contra un espejo y luego él empezó a insultarme y me atacó», explicó ayer en el juzgado el sospechoso. Éste se enfrenta a dos años de cárcel después de que en la refriega el amante de su novia acabara en el suelo con la nariz destrozada.El fiscal también requiere diez meses de cárcel por maltrato porque la chica también sufrió heridas. «No la agredí, pero pudo recibir algún golpe cuando intentó separarnos», precisó el acusado. Dicha persona, además, debe responder de los daños que supuestamente ocasionó al Audi de la víctima, el cuál apareció con las ruedas rajadas.

El suceso concluyó cuatro días después con una denuncia interpuesta ante la Guardia Civil. La afectada aseguró ayer en el juicio que nuca fue novia del acusado. «Tuvimos un affaire, una historia, pero no fue nada más», afirmó. En dicha denuncia se relató que el sospechoso irrumpió en la casa por una ventana, algo que él niega. Luego, éste fue al dormitorio y atacó a la pareja y, en un intervalo, destrozó el coche del amante, acción esta última de la que el acusado tampoco se responsabilizó. «Mi amigo no se pudo defender. Estábamos de relajación. Él dormía en la cama cuando lo agarró y lo tiró al suelo. Aturdido como estaba, fue apaleado», dijo la denunciante. El juicio se suspendido para que pueda declarar la víctima.