El coche en él que se desplazaba la última víctima mortal de la isla quedó destrozado.

Un total de 36 personas fallecieron en las carreteras baleares durante los cinco primeros meses de 2005, un 43,7 por ciento menos respecto del mismo periodo de 2004, en el cual murieron 64 personas, según informó ayer el delegado de Gobierno en las Islas, Ramón Socías.

Las estadísticas recogen en su conjunto una bajada de la mortandad en las carreteras de Balears que invitan al optimismo. El análisis de las mismas cifras, sin embargo, se torna preocupante si se tiene en cuenta que justo la tercera parte de los fallecidos se produjeron en las Pitiüses. Eivissa y Formentera habían contabilizado hasta mayo del año pasado un total de cuatro fallecidos. Este año ya van 12, lo que ha disparado la tasa en un 200%.

Tres personas han perdido la vida en Eivissa en la última quincena y una cuarta en este mes: tres motoristas (carreteras de Santa Agnès, sa Carroca y es Canar) y una conductora de coche. Ésta última falleció el pasado fin de semana en el cruce de Cala Comte tras una colisión de dos coches.

Socías, que compareció en rueda de prensa junto con la jefa provincial de Tráfico, María Teresa Sau, consideró que las cifras globales muestran que se «va por buen camino». Pese a ello, mostró sus preocupación al hablar de las Pitiüses.