Un vecino de Eivissa que en su día fue condenado a una pena de
siete meses de cárcel por un caso de maltrato negó ayer ante la
responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara
Ramírez, haber propinado un puñetazo en el ojo a un testigo de esta
causa, hecho que ha motivado también su procesamiento como presunto
autor de un delito de obstrucción a la justicia. Tanto el fiscal
como la acusación particular piden por esta causa una pena de tres
años de prisión.
Los hechos supuestamente ocurrieron en marzo del año pasado en
una discoteca de Eivissa. El acusado afirmó que ni siquiera tocó a
la presunta víctima, persona que, según él, está continuamente
acosándole y visitando los lugares que él frecuenta, incluso con
recortes de prensa.
«Su único objetivo es meterle en la cárcel y ha lanzado una
campaña de desprestigio contra mi cliente, frecuentando los lugares
por los que él va y diciendo a todo el mundo que es un maltratador.
Es un acosador patológico», dijo el abogado defensor.
La defensa también aseguró que dicho testigo había sido
despedido de su trabajo en los juzgados por consultar indebidamente
un expediente referente a la causa de maltrato. El testigo negó
tajantemente estos argumentos y aludió a problemas sindicales como
causa de su despido. «Todo se puede comprobar en lo juzgado de lo
Social», afirmó.
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