Bomberos del Ibanat intervienen en el incendio que tuvo lugar en el Camí de sa Vorera en octubre del año pasado.

El acusado, un joven de unos 30 años natural de Valencia y con problemas de alcoholismo, ha sido durante estos meses investigado por otros cinco incendios que precedieron al que el pasado 10 de octubre motivó su detención después de que la Policía Local de Sant Antoni le atrapara en una persecución tras declararse un fuego forestal en el Camí de sa Vorera.

El encausado, sin embargo, sólo ha tenido que responder finalmente del último. Éste ocurrió concretamente en la finca conocida como Can Pau de Dalt, en el kilómetro 3'600 de la carretera que une Santa Gertrudis con Sant Mateu. El fuego fue atajado a tiempo y sólo se perdieron unos 700 metros cuadrados de matorral y monte bajo, así como 60 árboles, en su mayoría pinos.

El presunto pirómano evitó tener que responder ante un jurado de un delito medioambiental que se le imputaba al confesar ayer ante el titular del juzgado de Instrucción número 2 de Eivissa, José Espinosa, que él la fue la persona que, con la ayuda de dispositivos incendiarios retardantes, encendió el fuego que en la tarde del 10 de octubre, que provocó la alarma en Sant Mateu. Hasta ahora, el sospechoso, que ha estado en prisión desde que pasó por primera vez a disposición judicial, había mantenido que , en todo caso, el incendio había podido ser accidental atribuyéndolo a una colilla mal apagada que se le cayó. Esto fue al menos lo que declaró en su día ante el juzgado de Instrucción número 3 de Eivissa, juzgado cuyo titular ordenó el día 13 de octubre su ingreso en prisión.

El fiscal que en Eivissa se encarga del área de Medio Ambiente, así como el Ibanat, pidieron en las semanas siguiente el procesamiento del sospechoso reclamando hasta dos años de prisión y el pago de casi mil euros por los daños causados.

Dicha persona, cuya confesión permitió llegar a una sentencia de conformidad, reconoció ayer que se valió de unas botellas de plásticos y unos papeles para iniciar el fuego, dándole tiempo con este sistema a huir. Sin embargo, una patrulla de la Policía Local de Sant Antoni le capturó tras una persecución en coche en la que los agentes hicieron disparos al aire con carácter únicamente disuasorio. La persecución concluyó cuando el Mercedes en el que iba el acusado se estrelló contra un árbol.