El incendio en el edificio «Plaza» de ses Figueretes, ocurrido en la noche del 19 de marzo, ha sido uno de los más espectaculares del año.

El barrio de ses Figueretes ha registrado el incendio urbano más importante del año. Los ocupantes de 48 viviendas del edificio «Plaza» de la calle Galicia quedaron al menos durante dos horas aislados en la noche de pasado 19 de marzo después de que un fuego en un apartamento del primer piso anegara de humo la escalera e impidiera la salida de los vecinos.

Una buena parte de ellos comienzan a causas de cortocircuitos en electrodomésticos y, a veces, también confluyen las negligencias como motivo del incidente. «Realmente los bomberos tienen más trabajo en los núcleos urbanos que en el campo o las zonas forestales», explicó Pablo Gárriz, técnico director de emergencias y responsable de los bomberos en Eivissa.

Una cuarta parte de las salidas que se realizan en el Parque Insular son, según sus estadísticas, precisamente debidas a los denominados fuegos estructurales, clasificación que incluye incendios que se declaran en domicilios, comercios o bares, naves y talleres o simplemente inmuebles precarios.

El incendio en el edificio «Plaza» fue precisamente considerado por la policía, tras acabar una investigación en la que se barajaron distintas hipótesis, como «accidental». La vecina de la casa donde todo comenzó afirmó que se quedó dormida y que todo debió ocurrir por una colilla mal apagada.

Sin embargo, lo habitual es que los incendios se produzcan por fallos eléctricos, sobrecargas en las líneas y cortocircuitos en aparatos que, además, están más ventilados

Ambos factores confluyeron en un incendio ocurrido el pasado mes de octubre en la calle Aubarca en Can Misses y en otro sucedido en la calle Agapito Llobet, éste último tras una pelea de una pareja. En ambos casos, la Policía Local de Eivissa halló gran cantidad de ropa sobre los electrodomésticos donde se supone que comenzó todo: un televisor y un ventilador, respectivamente.

Los cortocircuitos, a su vez, provocan todos los años numerosos incendios en almacenes y talleres donde se guarda maquinaria que debe permanecer conectada.

En los bares, restaurantes, así como en cocinas de hoteles, por su parte, suelen asimismo ser corrientes los fuegos en cocinas.

Los bomberos, así como la policía, han tenido también que intervenir con presteza en chabolas o estructuras donde se conoce que habitualmente pernoctan indigentes.

El barrio de es Pratet y la zona de ses Feixes de Vila, en este sentido, se llevan la palma. Uno de los casos más destacados del año ocurrió en mayo al arder el antiguo edificio que poseía en esta última zona la familia Vilàs, un inmueble que, tras el incendio, tuvo que ser demolido. El edificio tenía una valor sentimental para esta familia porque en él comenzó su andadura la empresa de autocares y donde aún guardaban aparatos históricos de los comienzos de la Policlínica del Nuestra Señora del Rosario.