EFE - PEKÍN

Una mujer que envenenó a 33 personas, de las que diez resultaron muertas, en el funeral de su marido la pasada semana fue ejecutada ayer en la provincia central china de Hubei.

La mujer, Chen Xiaomei, envenenó a los invitados en la tradicional comida que los chinos celebran durante un funeral, algunos de ellos parientes suyos, el pasado 21 de octubre en la localidad de Lichuan, señalaron fuentes policiales. Chen utilizó un poderoso matarratas llamado Dushuqiang, que está prohibido en China desde los años 90 pero todavía se vende de forma clandestina en muchas zonas del país asiático. El veneno se hizo tristemente célebre en los últimos años porque fue utilizado en envenenamientos masivos en banquetes, restaurantes e incluso comedores escolares, que en los últimos años proliferaron en el país asiático y mataron a decenas de personas. Uno de los envenenados en el último suceso era el secretario del Partido Comunista Chino en la localidad, lo que podría explicar la rapidez del proceso y la posterior ejecución, en ocho días.