La acusada, una mujer brasileña de 35 años que fue detenida por el
Cuerpo Nacional de Policía en la noche del pasado 5 de marzo
después de que una ambulancia del 061 trasladara a un hombre que se
desangraba desde el caserón de sa Colomina, aseguró en su juicio
que sólo actuó en defensa propia después de que su compañero de
inmueble intentara agredirla sexualmente.
La responsable del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa,
Martina Rodríguez, magistrada que debe decidir sobre esta causa, en
la que se piden 5 años de cárcel para la imputada, sin embargo, no
pudo escuchar la versión de la víctima porque ésta no compareció en
el juicio pese a los distintos escritos que se han cursado para que
compareciera como testigo en la vista oral.
Dicha persona, un hombre de unos 50 años que supuestamente había
llegado a una acuerdo con la imputada para compartir el caserón
abandonado frente a Comisaría, sin que entre ellos mediara ninguna
relación sentimental, recibió varias puñaladas tras una disputa con
la acusada. Una de estas cuchilladas le alcanzó en un pulmón. La
víctima precisó varios días de ingreso hospitalario.
Varias fuentes informaron en su día de las malas relaciones que
había entre ambos protagonistas desde que se instalaron en un
inmueble abandonado catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC)
y al que el Ayuntamiento de Eivissa pretende dar un uso municipal.
El suceso ocurrió sobre las nueve de la noche y tuvo su conclusión
a pocos metros del inmueble donde ambos residían. La desavenencias
entre uno y otro concluyeron cuando la acusada, una mujer, al
parecer con antecedentes policiales, se hizo con una navaja
multiusos y presuntamente la esgrimió para atacar a su compañero de
vivienda. Durante la investigación policial, además, se sopesó la
posibilidad de que dicha mujer se viera aquejada por distintos
problemas mentales que agravaban su situación.
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