«El acusado, omitiendo todas las normas de seguridad y prudencia y
sin atender a la prohibición de hacer fuego en el bosque, realizó
sobre las once de la noche una hoguera. Una vez terminada la
torrada, se taparon los rescoldos con tierra y se arrojaron las
cenizas a unos matorrales, cuando aún estaban encendidas. Los
matorrales prendieron fuego y se inició un incendio que se extendió
por el bosque sobre el mediodía», dice la sentencia.
Los bomberos, apoyados por medios aéreos, tardaron más de 72
horas en extinguir este incendio, un fuego que se declaró el 22 de
agosto de 1999 en la zona conocida como Canal de Xarraco, en Cala
Xarraca, Sant Joan, y que a su término calcinó una extensión
próxima a las ocho hectáreas.
La responsable del juzgado de lo penal número 1 ha considerado
que el supuesto responsable de este desastre, un turista británico
de 29 años, ingeniero de profesión, que se alojaba con su novia en
una casa de la finca de Can Toni Joanete y que había encendido una
hoguera para asar unas patatas, cometió un delito de incendio
forestal por imprudencia grave. Por ello le impone una pena de diez
meses de prisión, una multa de 1.800 euros y el pago de
indemnizaciones por distintos conceptos que suman un cifra de
100.000 euros. Ello incluye pagos a los cuatro propietarios de las
fincas afectadas y los gastos ocasionados por los gastos de
extinción (incluido un hidroavión) de los que son beneficiarios la
conselleria de Medi Ambient y el ministerio de Fomento.
Nadie vio cómo se originó el fuego. La juez Ramírez de Arellano,
por ello, se ha basado en distintos indicios que sumados han
arrojado, a su juicio, una sentencia condenatoria.
El acusado, además, aseguró que él apagó correctamente la
hoguera y atribuyó lo sucedido a otro fuego que se pudo hacer en
«un lugar donde eran corrientes las barbacoas». Un testigo aseguró
que vio brasas «calientes» donde se hizo la citada hoguera.
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