Nadie quiere decir qué es lo que le pasó al joven turista británico A.H.B. Lo cierto es que se cayó en las obras del aeropuerto, pero nadie lo dice en voz alta, y se fracturó varias vértebras lumbares con aplastamiento de médula incluido, y los dos pies, y también sufrió un fuerte traumatismo abdominal y neumotórax derecho. Ahora, después de probar los dos hospitales de la isla, ya ha regresado a su país y reposa de unas vacaciones que casi le dejan en silla de ruedas. Ha tenido suerte, porque los médicos dicen que volverá a andar. La aventura ibicenca de A.H.B., de 24 años, es una historia extraña. El 21 de septiembre sufrió dos accidentes. Primero fue atropellado en la carretera del aeropuerto, por lo visto nada menos que por un camión. Aunque parezca mentira, el joven británico no sufrió heridas graves. Fue atendido en el centro médico del aeropuerto de Eivissa. Tal vez lo llevó hasta allí un particular o tal vez llegó allí por sus propios medios, no está muy claro, porque el servicio del 061 asegura que sus ambulancias no realizaron este servicio. Lo mismo dicen los otros servicios de ambulancia que trabajan en la isla.

Otro misterio. ¿Por qué Can Misses tardó una semana en trasladar a A.H.D. a la Policlínica, el único centro médico de la isla -privado en este caso- con capacidad para realizar operaciones cerebrales y medulares? El gerente de Can Misses, Ignacio Martínez, explica que la familia del joven quería que éste fuera operado en el Reino Unido. Pero con el tiempo se pensó que el traslado del británico a su país podía resultar peligroso para sus vértebras fracturadas y su médula aplastada y, finalmente, se optó por la intervención en la Policlínica, donde la operación se realizó con éxito y el británico pudo volar a su país y descansar de sus vacaciones.

El caso es que los médicos del aeropuerto le curaron las heridas y pronto le dieron de alta. Pero poco después sufrió el segundo accidente, el que le dejó al borde de quedar parapléjico. Y aquí es donde surge el misterio. El 061 reconoce que lo recogió en el aeropuerto y lo llevó al hospital público de Can Misses, pero la Consellería de Salut dice que no sabe dónde se cayó el británico. Can Misses reconoce que tuvo al herido en sus manos desde que ingresó el día 12 hasta que el 19 lo enviaron a la Policlínica Nuestra Señora del Rosario para que le operasen, con grave riesgo, de su lesión medular. Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) reconoce que el británico estaba en el aeropuerto -en la zona de obras, además- después de sufrir el segundo accidente, pero no puede asegurar que lo sufriera en sus instalaciones. «Estamos estudiando los detalles», repiten desde Aena, que se verá en un serio compromiso cuando las autoridades policiales pregunten cómo es posible que un particular pueda pasear tranquilamente por las obras inacabadas del nuevo párking del aeropuerto de Eivissa y precipitarse desde una altura suficientemente peligrosa como para partirse la columna vertebral y los dos pies. Aena dice que el turista estaba allí cuando llegó la ambulancia, pero que eso no quiere decir que se cayera en el aeropuerto. Siempre existe la posibilidad de que se cayera en su hotel u otro lugar y después, con la columna y los pies fracturados, decidiera dar un paseo hasta las obras del párking.