La Policía del Aire y de las Fronteras informó de que el Boeing
737-400, que llevaba 146 pasajeros, despegó del aeropuerto
Saint-Exupéry de Lyon alrededor de la medianoche camino de la
capital irlandesa.
El aparato había tomado tierra en la ciudad francesa unas nueve
horas antes, al encontrarse en uno de los servicios un papel en el
que se podía leer «bomba 11 de septiembre», lo que decidió al
piloto a desviar su trayecto.
Una vez en el aeropuerto, se pusieron a trabajar en el avión los
artificieros que registraron todo el equipaje, mientras los
pasajeros, que habían sido trasladados a una terminal, eran
interrogados.
A principios de junio, se generó en el aeropuerto de Eivissa al
encontrar en una avión una nota que decía: «Vais a morir
todos».
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