Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Palma practicaron ayer por la mañana la autopsia al cuerpo de Rosana Mercadal Ramírez, que el pasado viernes murió a causa de las heridas que sufrió por el ataque de dos perros y cuyos restos serán incinerados y trasladados a la isla de Formentera, donde residen sus padres.

Según confirmaron fuentes del juzgado de instrucción número 7 de la capital balear, encargado del caso, el estudio de los especialistas médicos confirma que la causa inmediata de la muerte de la pequeña fue un shock traumático consecuencia de la copiosa pérdida de sangre por las graves lesiones causadas por las mordeduras de los dos animales.

Los hechos se produjeron el pasado viernes en una finca situada en Llucmajor y propiedad de unos tíos de la niña con quienes esta solía pasar unos días en verano. Rosana fue atacada de forma súbita por dos perros de la casa, un «ca de bestiar» y un «boxer» mezclado con pastor belga, sin que su tía, que la acompañaba en esos momentos, pudiera hacer nada por librarla de los mordiscos de los dos animales, que hasta entonces no habían mostrado signos de comportamiento agresivo.

El traslado de la víctima hasta el hospital Son Llátzer de Palma se llevó a cabo en un turismo conducido por un camionero a quien la tía de la niña pidió auxilio y contó con la ayuda de la Guardia Civil, que abrió paso entre el tráfico al vehículo, pese a lo cual la pequeña llegó sin vida al centro sanitario. Los dos canes están en cuarentena en las dependencias de la perrera municipal de Llucmajor a la espera de una orden del juzgado que permita su sacrificio, tras lo cual serán extraídas muestras de sus cerebros para su análisis en un laboratorio de Madrid con el fin de verificar si sufrían alguna alteración que explique su actuación.

Formentera
Los padres de la pequeña han decidido que se incinere su cuerpo para el posterior traslado de sus restos hasta Formentera, donde la familia tiene fijada su residencia.