Al empresario asesinado se le ha vinculado con importantes negocios de narcotráfico.

G.ROMANÍ
La investigación por el crimen en Sant Josep del empresario José Miguel López Calzado se está convirtiendo en un laberinto. Varias son las líneas de investigación que mantiene abiertas las Guardia Civil y se espera que cualquiera de ellas se plasme en resultados concretos.Alas ya consabidas investigaciones que se están realizando por el turbio pasado del empresario en asuntos de narcotráfico, principalmente en Málaga y Madrid, se ha sumado ahora el interés del instituto armado por los negocios de coches a los que éste estaba relacionado.

El delegado del Gobierno, Ramón Socías, informó ayer de que agentes de distintas unidades del instituto armado están rastreando en todo el territorio nacional la posible conexión de López Calzado con negocios y bandas especializadas en la importación y exportación de coches de lujo robados. Este tipo de actividades también se vincula en muchas ocasiones al narcotráfico. Las bandas aprovechan la entrada de vehículos para de una tacada también introducir la droga. De hecho, a López Calzado se le ha relacionado con importantes operaciones de drogas con muchos kilos en juego. El propio Socías reveló ayer que, entre las hipótesis más razonables que se barajan, está la de que el empresario, con residencia en Cala Carbó, fuera víctima de un ajuste de cuentas entre bandas rivales en la que se podría dar por zanjadas las diferencias que uno y otros tenían. Asimismo, indicó que todo apuntaba a que el crimen fue obra de sicarios, más o menos profesionales, contratados para llevar a cabo un asesinato a sangre fría en Eivissa. Las pesquisas en la isla continúan mientras que en la Península se bucea el entorno de López Calzado en distintas ciudades. Los agentes aún buscan en Eivissa más pistas, incluido el Seat Toledo usado en el crimen.